domingo, 18 de julio de 2021

32. EL CUENTO DE LA BODA. De Neo

 

 

Él estaba nervioso como todo buen novio. Ella con el clásico retraso de la novia. Los periodistas convertidos en una jauría amenazaban con romper las puertas de la iglesia. Afuera la multitud contemplaba la boda en pantallas gigantes. Todo un suceso. Era el primer matrimonio legal entre un hombre y una ginoide. Al fin llegó la novia, lucía radiante con su vaporoso vestido blanco. Venía del brazo de su diseñador. La multitud suspiró a una sola voz cuando entró. Las mujeres rabiaron de envidia por su belleza sobria. Los hombres volvían la cabeza al ver sus curvas. Tras la ceremonia de rigor el sacerdote dijo: «Pueden besarse» y se desataron los aplausos de los asistentes.

No podía ser de otro modo. Habían sorteado muchos obstáculos para llegar a la boda: una sociedad dividida por el debate, una profunda reforma legislativa y la desaprobación inicial de la Iglesia. Sin contar los desafíos tecnológicos. Un éxito del amor y la ciencia. El mundo siguió su curso y se apagaron las noticias, pero solo hasta que el matrimonio anunció el nacimiento de su primer hijo. De nuevo la noticia fue tendencia en las redes sociales. «Es una mujer-robot, no fue diseñada para concebir hijos. Va contra la naturaleza y contra Dios», declararon los escépticos. Mi abuela sonreía cuando escuchaba los comentarios y repetía: «La vida es un flujo indetenible».

La abuela ya no está conmigo, murió hace mucho tiempo. Me encantaba su forma dulce de hablar. Pese a que soy un hombre añoro sus historias antes de dormir. De todas, siempre preferí el cuento de la boda de papá y mamá.

Seudónimo: Neo

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