miércoles, 16 de junio de 2021

15. EL ELEFANTE FUNAMBULISTA. De Saturnino

 

 

El elefante caminó por la cuerda floja con su acostumbrada pericia, pero sólo recibió del público, como en sus últimas actuaciones, un tímido aplauso. Entonces, tras volver sobre sus pasos hasta el centro de la cuerda, se arrojó al vacío. La gente se puso de pie, contuvo la respiración, crispó las manos… Pero el elefante cayó certera y calculadamente dentro de un dedal lleno de agua, salpicando, para risa de muchos, a los espectadores de las primeras filas. La tensión, no obstante, seguía alta, porque los segundos transcurrían sin que hubiera noticias del elefante; hasta que, como un periscopio alocado, emergió su trompa. Iba de aquí para allá, se hundía y volvía a salir. El desconcierto comenzó a esparcirse como una fruta amarga sin que nadie supiera que el paquidermo había llenado en demasía el dedal y ahora no lograba hacer pie. Entonces una niña corrió hasta el centro de la pista y le tendió a aquel elefante desesperado el piolín de su globo…

Seudónimo: Saturnino

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