Desde que tengo uso de razón, él siempre
me ha acompañado. En todas las fotos y vídeos donde aparezco, él también está.
No le veo, pero sé que está ahí conmigo. Arropándome, esperándome. Mi familia
nunca me ha creído. Cuando era una niña, lo llamaban mi amigo imaginario.
Cuando crecí, lo llamaron "mi problema". Psiquiatras, psicólogos,
todos coincidieron en que no era más que un exceso de fantasía, pero yo sabía
que no. Yo podía atisbar su sonrisa entre las hojas de los árboles, sus ojos
mirándome fijamente entre los de la gente. Y me reconfortaba. Pronto aprendí
que lo mejor era mantenerlo en secreto, que creyeran que se me había pasado
antes de que me tomaran por loca. Fue fácil porque entendí que yo era especial,
que si sólo yo podía verle, era porque él lo había querido así. No necesitaba
amigos ni novios, lo tenía a él, tenía al que había sido mi compañero desde
siempre, invisible, silencioso… pero fiel. A veces podía oír su voz
susurrándome al oído, aconsejándome sobre las decisiones importantes. Nunca más
de tres o cuatro palabras, pero que se convertían en axiomas para mí. La
sensación de su boca invisible junto a mi rostro al hablarme, era tan excitante
que por unos segundos perdía la respiración. Soy su favorita, lo sé. Si no,
¿por qué cuidarme desde pequeña? Hoy es el día elegido, me lo dijo hace ahora
un año, cuando cumplí los diecisiete. Me ha costado mantener la calma delante
de mi familia, estoy hecha un manojo de nervios, pero no quiero que me
ocasionen ningún problema que obstaculice este momento. Les he dicho que les
quiero, y es cierto. No les guardo rencor por no haberme creído nunca, puedo
entenderlos… Estoy en la bañera del piso de arriba, y él está conmigo. Es como
él dijo que sería: cuanta más sangre va tiñendo el agua, más visible se hace su
figura. Su sonrisa es dulce, su rostro perfecto. Su cuerpo es de sombras. Sale
del rincón y se acerca a mi lado. Sus ojos son oscuros, profundos, y cuando
mueve los labios no emite sonido alguno, pero lo escucho en mi cabeza. Me dice
que me ama y sé que es cierto. Después de todo, él siempre ha estado ahí.
Seudónimo: Ignacio Rey
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