Yo no sé si será posible que los
fantasmas de mis
muertos anden sin avisarme
caminando conmigo,
pero hay días tan extraños y hay
horas tan intensas
en que la sombras huyen de mí
cuando las miro,
momentos en que a mi lado algo se
estremece
en el aire sin sentido y que las
perras, mis perras,
me ladran asustadas como a un
desconocido,
y hay noches, ciertas noches, en
que lloro en silencio
lágrimas sin tiempo, invencibles, y
no es un llanto mío
y hay tardes de domingo, tardes de
horas perdidas,
en que tuercen el vuelo los pájaros
cuando los miro.
Seudónimo:
Locorotondo
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