Humedad, telarañas, vieja casona
vacía
pisos hundidos por el tiempo,
peldaños crujientes de madera
podrida.
Espera a su presa, sin leña y sin
abrazos
cargada de presagios, sin flores,
sin vida.
Las cucarachas son legión
en los pasillos perversos del
olvido,
bosteza la estancia aburrida…
Pasean las ratas sin condena
dueñas y señoras en su recorrida,
hay hedor de muerte transitando las
venas
oxidadas y abiertas de sus
cañerías.
Traspone el umbral un hombre,
le pesa el alma,
no sabe de misterios ni de
profecías
pero siente un frío que congela
en el manto de la noche su trágica
herida.
Apenas la luz de una vela arranca
siluetas
a sombras prohibidas
y una voz de ultratumba que
hace eco
en su cráneo
repite tramposa la orden del día:
"La soga, la soga, allí en el
tirante del techo,
coge la soga y cuelga tu
vida."
El hombre no duda la cuelga y se
cuelga,
patea su silla,
se balancea el cuerpo en bruscos
espasmos
su alma emprende sin él la partida.
Silencio, silencio, se ahogan los
gritos
la casa disfruta la lenta agonía.
Seudónimo:
Sombra
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