Rasgaron con sus velas oscuras
las venas de la elíptica,
filtraron de los soles azules
la savia de sus fuegos,
saltaron por pliegues abisales
con fugaces estruendos;
mas yo no estuve nunca
en el allí.
Muchos eones antes
iniciaron sus viajes,
desde el rancio planeta
que exhaló mi existencia,
y del que ayer partí.
Y hoy,
al filo de otro tiempo,
a la luz de otra estrella,
espero a los que arriban…
con fugaces estruendos,
con sus trazas de soles,
con oscuros velámenes.
Seudónimo: Antípoda
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