Los ángeles no suelen
mostrarse en ciertos sitios
y no es que no lo tengan
permitido, allá ellos,
por eso, los pocos que
hay en ese barrio son de piedra,
pero allí suele haber
muchos fantasmas de buena calidad,
aunque siempre llegan con
esa sensación de agotamiento,
de triunfo
intrascendente, como de haber cruzado un médano,
los fantasmas nunca han
querido tratos con la muerte,
suelen llegar ebrios de
vida a los tropiezos,
contrariados de no sentir
más la excitación del verde,
de respirar el humo sin
las bondades del fuego
de soportar el maltrato
del viento sin el ruido de la tienda
calcinados de sed beben
un agua que no existe
se abrazan a las
almohadas pensándolas mujeres
han sufrido el otoño de
la carne y se tapan los huesos con recuerdos,
buscan salir de las
tinieblas sin linterna, pero el único resplandor son ellos
andan buscando las cosas
que han perdido sin aviso
y a fuerza de estar
atentos a los quehaceres llegaron todos
a su fosa a destiempo, la
encontraron sin nombres ni epitafios,
la reconocieron por el
infierno y se negaron a entrar,
a otro perro con ese
hueso,
si dicen que Dios lo
arregla todo, quieren verlo
Seudónimo: Leónidas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.