Atesora
el cruel paisaje de mi encierro
la
nostalgia de mil inviernos sin luz
sin
escuchar palabras de virtud,
sólo
gemidos de los no muertos.
Quiero
despertar de infantiles pesadillas
que
se acaban con el frio alba,
y
no vivir entre cuerpos sin alma,
con
la maldición reflejada en sus pupilas.
Quiero
moldear mis lejanos recuerdos
de
sonrisas ,voces y humanas caricias,
de
carne tersa, que sienta la lluvia
y
que su caminar no sea eterno.
Es
mi condena la soledad de mi razón,
la
conciencia de saberme entre ellos vivo,
resistiendo al carnívoro sacrificio,
busco otro palpitante, esperanzado.
Seudónimo: Walmares
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