Muchos
quisieron tumbarla con tanques,
Estrellar
locomotoras furiosas a sus pies;
Le enviaron misiles
a la sien, y ella siguió ahí,
Sin torcer sus
ángulos yuxtapuestos, góticos,
Amontonados como
colmenas asesinas…
De todos se burlaba,
la Grasienta Tristeza,
Gigante de
cuatrocientos metros de distangustia,
Y ciento cincuenta
mil toneladas de estedio.
¡Grasienta amiga,
no estires tus bíceps al cénit!
¡A la luna no la
destetes de su plataforma!
¡No nos lances ese
balón de queso!
¡No, por favor!
Déjanos... reír... un día... más...
Seudónimo:
Parmod Apostolov
shock y conmoción. fuerte y apasionada.
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