En el palacio de las
Siete Máscaras,
Los espejos reflejan un
mundo que no existe.
El trono de madera
Lo ocupa un Rey de barro,
Y un Bufón de papel
Oscila con el viento.
Los soldados se oxidan,
Somnolientos, en guardia;
Las flores de cristal
Florecen sin ganas.
De noche hay siempre
estrellas,
Pero nadie las ve.
De día suena un arpa
Sin que nadie la toque.
Y en medio de este todo,
En medio y sin mirada,
Busco el tacto que
insufla en el alma del arpa
La caricia inmortal que
muere si no ama.
Pero igual que se mira un
mundo que no existe,
Es posible encontrar, en
el fondo,
La nada.
Seudónimo: En el palacio de las
siete máscaras
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