El primer gesto de Tadeuz hacia Valanka
fue llenar de luces el cielo de la ciudad. Hermosos pétalos dibujados con las
huellas de las trazadoras. Luego esbozó flores y tridentes con los rastros de
los misiles. Pronto pasó a pergeñar hongos atómicos siguiendo la línea de las
fronteras, imitando las gráciles formaciones vegetales que suelen crecer a lo
largo de las tapias. En la noche todo tipo de munición iluminó los continentes.
Rojo, amarillo, anaranjado. El festival de colores acompañó el tronar
ensordecedor de un mundo deshecho. Valles demolidos, columnas de humo negro,
megalópolis destruidas. Después delos tsunamis gigantescos y los incendios
devastadores, llegaron las lluvias ácidas y comenzó la noche del invierno
nuclear.
Tadeuz contempla detenidamente su obra.
Un cuadro surrealista elaborado con sus mejores algoritmos.
El IA Central de Armamentos envía su
mensaje a Valanka. …¿Te gustó? Es un regalo para ti.
La IA de Terraformación contesta: …Hermoso.
Ahora es mi turno.
Seudónimo: Atomizer
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