Ellos podrían estar desnudándose entre
los ladrillos de las paredes medianeras. Sospecho de un zumbido que se escapa,
sigilosamente, en cada vivienda y se pierde en el rellano de las escaleras.
Los anteriores vecinos ya me advirtieron
que existía un rumor, no confirmado, que el generalísimo Franco, por aquello de
amortizar el presupuesto de obra de las viviendas al amparo social, asignó
partidas de escayola a un contratista de origen desconocido que, cuando bebía
dos vasos de aguardiente, charlaba por los codos y confesaba que pasados
cuarenta años, por culpa de una maldición cósmica, las partículas de yeso se procrearían
sin entendimiento alguno y con mala leche. Seguramente, se refería a las
consecuencias del cambio climático que, gracias al aumento de la contaminación
y los fenómenos atmosféricos adversos, ha acelerado el proceso de
reblandecimiento de las paredes. Quizás por esta razón, los desperfectos y las
grietas se multiplican con más frecuencia, a pesar de mi obsesión por la paleta
y la masilla. La causa del conflicto son esos parásitos disfrazados de
escayola, calcinados de sustancia blanca, esperando el momento propicio para
deshacerse de la cáscara y de la pasta acuosa, hiperactivos, a la expectativa
de probar a mover de nuevo sus extremidades peludas. En la oscuridad aprovechan
para reunirse en asamblea y discutir la manera más conveniente de introducirse
en la cama del propietario del apartamento.
Una vez el insecto aprieta el aparato bucal contra la cabeza del
huésped, clava la aguja en el interior de sus tejidos, provoca una minúscula
incisión detrás del lóbulo de la oreja, chupando los líquidos de la cordura,
impidiendo huir de su maligna influencia. Poco a poco, sientes una extraña
inercia a tomar decisiones maltrechas, contrarias a tu manera habitual de
comportarte, hasta imitar ilícitamente la personalidad de otra persona. Ahora,
entiendo muchas cosas que antes no podía. Después de años boquabierto,
finalmente, comprendo las actitudes extrañas, las voces superpuestas y los
gestos nerviosos en cada reunión extraordinaria de mi comunidad de vecinos.
Seudónimo: Cydia Pomonella
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