domingo, 13 de marzo de 2016

58. TI BON ANGE. De David Tourneur


Condenados a vagar por calles ausentes,
en recovecos de inmortalidad caduca,
una turba marcial acompaña mi renqueo
padeciendo de esta inesperada resurrección,
boleto sin regreso a la eternidad,
una mala copia del paraíso prometido.

Vago incansable, ausente de sentidos
la apetencia de carne impulsa mis actos,
en esta transición de cuerpos sin alma
me aferro desesperada a "ti bon ange"
sin hechicero ni ánfora que te contenga.

En mi vientre inflamado, un último eslabón,
el fruto de la mujer que niego abandonar,
golpea con fuerza las paredes interiores,
lidiando por escapar de la mazmorra
a sabiendas de encontrar su propia muerte.

Este vástago, prometido al sacrificio,
dormirá arrullado al son de un "lullaby",
trova de cuna fúnebre sin ángel custodio,
un murmullo después del postre servido,
en larga noche donde no habita el sueño.

Apartarse del redil guiado sin rey tuerto
amenazado por caer al despeñadero sin fondo
en el que esperan los últimos sobrevivientes,
delicias turcas para esta raza maldita;
y vomitar al ser que retoza en mis entrañas.

Descarnada lucha, entre uno y otro:
"ti bon ange", pequeño buen ángel;
"gros bon ange", grande buen ángel.
¿A cuál te entrego, mi pequeño hijo?

Un reguero de sangre delata mi huida…

La razón me abandona…

Y un apetito voraz, anula cualquier dolor…

Seudónimo: David Tourneur

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