jueves, 26 de julio de 2012

104. … Y DESPUÉS CENIZAS de Ismael Spejo

104.  … Y DESPUÉS CENIZAS  (22 líneas)

Los ejércitos de Sagratotch El De Las Cien Cicatrices y Ulkavus El Señor De Las Estepas han alcanzado el desierto de Mantamakara. Aquí librarán su última batalla. Resulta adecuado que el último escenario sea una tierra carente de vida.
Sagratotch y Ulkavus observan a sus respectivas tropas con el mismo orgullo. Ambos saben que están a un paso de convertirse en Historia, de alcanzar el mayor honor, la suprema recompensa. Huelen el perfume de la batalla que estallará con el nuevo amanecer y que será recordada por las generaciones que vendrán. Ulkavus está tan convencido como Sagratotch de que la Gloria es suya. A Sagratotch le han bendecido los Espíritus de la Gran Montaña, Ulkavus ha sido ungido por la Santa Dama del Lago Verde. Por eso, conquistarán la Victoria y la Memoria. Por eso, se permiten ser soberbios.
*
El amanecer es gris y lluvioso. Los dos bandos han de resolver su lucha sobre la tierra revuelta, el barro tramposo. Se abalanzan unos sobre otros, bestias furibundas, con el miedo a la muerte aullando en sus ojos. Sagratotch cae con la garganta atravesada por la flecha que disparó un anónimo soldado. A Ulkavus le atacan cuatro hombres enloquecidos que lo despedazan como a un cerdo en la matanza. A ninguno de los dos se le ha concedido la mínima agonía para poder ver qué ejército vencerá y se llevará la Gloria.
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El Fin de un Mundo ha transcurrido. De lo que aconteció en el desierto de Mantamakara en un amanecer gris y lluvioso, ni siquiera estas tristes cenizas preservan el recuerdo. El paisaje se ha vuelto lunar de una forma muy apropiada, a la espera de un Nuevo Tiempo. De una Nueva Historia.

Seudónimo: Ismael Spejo

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