domingo, 15 de julio de 2012

81. LOS PRIMEROS HABITANTES DE MARINA DUVOBNA de Robotnik

81.  LOS PRIMEROS HABITANTES DE MARINA DUVOBNA  (25 líneas)

Los primeros habitantes del cuerpo de Marina Dubovna accedieron por una brecha en la escafandra producida tras la explosión del módulo. Apenas eran unas esporas, de origen inescrutable, lo bastante diligentes para modificar los componentes químicos del cuerpo y proporcionarse un hábitat adecuado. Les fueron propicias las condiciones ambientales del planeta donde cayó la astronauta, que impidieron la corrupción del cadáver. Pasaron algunos eones; las esporas alcanzaron un grado álgido de existencia que obligó a evolucionar y distinguirse en dos clases diferentes de seres capaces de migrar y colonizar zonas vírgenes. Al contacto con los microbios primigenios, las bisoñas especies enfrentaron su más dramática prueba hasta entonces, viéndose obligadas a mutar otra vez. No todas sobrevivieron, pero aquellas capaces fueron bendecidas con nuevos mecanismos de defensa y ataque. Por mucho tiempo no se registraron acontecimientos reseñables; en equilibrio de fuerzas, viejos y nuevos seres convivieron en el elemento que generosamente los albergaba. Entonces, las circunstancias cambiaron a una velocidad impredecible: por un lado, individuos aislados descubrieron la ganancia de asociarse y dar lugar a un macroorganismo superior, por otro, las condiciones del terreno cambiaron cuando amplias zonas del tejido del traje espacial cedieron, modificando el clima interno. Hubo auténticas guerras intestinas por el dominio del espacio que bordearon la extinción de toda forma de vida. Ningún recurso disponible fue excluido: tóxicos, flagelos, apéndices o mandíbulas. Las mutaciones se sucedían sin fin en un frenesí de supervivencia, ensayando y corrigiendo nuevas y más asombrosas variantes. Por último, el mismo instinto, la misma fuerza que les había llevado allí  comprendió los límites a los que les abocaba la hasta entonces protectora concha y, en un esfuerzo final de adaptación, las criaturas capacitadas desarrollaron espinas queratinosas para abrirse camino más allá del cuerpo de Marina Dubovna y, con un triunfal berrido de parto, se lanzaron a la conquista de otros territorios.

Seudónimo: Robotnik

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