miércoles, 5 de febrero de 2014

32. XAYMELA. De Artífice de Sueños MARS Rh+∞


¿Quién no ha conocido el dolor y la desesperación,
cuando la mujer que se ama enfrenta la muerte?
Solamente implacables no tuvieron lágrimas,
viendo a la Parca con su guadaña lastimarla.
 Confieso que mis versos por Xaymela sufrieron,
la escogida del misterio que acudió a mi llamado,
¡fantástico ser, fue una vez de piel y huesos¡

Había nacido en el azul la mística Luna,
cuando Xaymela se recostó junto a mi pecho,
por aquél recodo feliz del jardín solariego.
Así mi pluma conoció el soplo de su voz,
 extraña esencia vertida sobre lo terrenal,
para lograr dulzura frente al combate.
Y en un lapso que supera lo explicable,
nuestros corazones se brindaron con fe,
consintiendo en la Tierra lo sobrehumano.

Pero nos rodearon rencorosas criaturas,
envidiando de Xaymela su linda existencia,
tomaron alianza enemiga para herirla,
amenazando con la vejez y el sepulcro abierto.
 Entonces Xaymela conoció la crueldad disfrazada,
padeciendo entre ajenos por su apego a esta lira
fue a parar entre verdugos encubiertos,
 en el destierro que lacera lomos y poemas,
hasta mezclar sus llantos con mezquinos mendrugos.
Allí Xaymela vio mil precios de otros amores,
esos que se arrastran sin poder ver la claridad,
 mezcla de pesadillas bufonescas y despilfarro,
en el engañoso camino de lo confuso y falso.

No sé si cometí sacrilegio y afrenté lo divino,
trayendo hacia el mundo pureza sin igual:
Xaymela, mi elegida, llegó en el día del amor,
consiguiendo ser muy humana por un lapso,
¡un tiempo señalado por lo trágico y glorioso!,
 ¡muy doloroso trayecto que lo extraño selló!
Algo de rango elevado cuyo silencio llevó pena,
cuando el tiempo terrestre surcó su faz,
marchitando la imagen de criatura celestial.

Y conocí que la dicha desventura conlleva,
salpicando con lágrimas lo extraordinario.
 En otra tarde, a la sombra de grandes pinos,
Xaymela compartió conmigo lo que guardó:
¿quieres que me quede para siempre?, preguntaba.
Ahí vislumbré su futuro en peligroso rumbo,
por ello, aunque mi lira presagió la orfandad:
¡no, vuela y vive, siempre joven, inmortal!, le dije.
Luego de un beso, Xaymela viajó a un reino sin fin,
para recuperar su esencia en la eternidad.
Solo en el agreste paisaje pude soportar mi pena,
transitando la encrespada senda, entre los rayos.

Seudónimo: Artífice de Sueños MARS Rh+∞

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