martes, 11 de febrero de 2014

39. AJENA. De Fuera de quicio


La corriente arrastra
Déjate fluir me dicen
Fluir...
Única manera de sobrevivir
al capricho de estas aguas
Y sí... Tal vez debiera fluir...
Pero no
No puedo omitir este obstáculo
que me sostiene.
Esta curiosa manía de ver
siempre todo por primera vez
No sé cuándo, ni dónde, ni cómo
Lo masticado por los otros
me invade
y me es tan ajeno que asquea
Ni siquiera sé lo que es un perro,
un árbol...
No sé lo que es un auto,
los hombres, el suelo, lo verde...
El cielo...
Sí, el cielo ¡Qué invento!
¡Ay!  Si por lo menos pudiese
reconocerme en alguna especie
En algún bípedo o cuadrúpedo
Con alas... Aletas...
O en algún color...
¡Pero maldición!
Soy ajena y no me encuentro
ni aún buscando en lo extraterrestre
Y respiro mi extrañeza
por fuera de los doce signos
¿Qué dices?  ¿La sal de la tierra?
Y sí...  Puede que yo sea eso
El llanto
de Dios
evaporado
O tal vez  sólo
una diminuta
partícula
sin nombre
Una, que mira al cosmos
desde el afuera de los afuera
y desde allí proclame
la paz por instinto
A la espera
de un mar inmutable.                            
                

Seudónimo:  Fuera de quicio

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