Malon, Corazón de
Trueno, Caudillo del bravo pueblo de Aguaencendida, Conquistador de Todas las
Tierras bajo la Montaña de la Diosa, Domador de Cachalotes, Campeón de
Campeones y aspirante al amor de la bella y deseada princesa Lala, la de ojos
de zafiro, estaba dispuesto a enfrentarse a la última prueba para conseguir el
amor de su amada.
Recién
llegado a la cumbre donde moraba la Diosa, con todas las magulladuras y
cicatrices todavía tiernas, Malon esperaba el merecido encuentro con la
Creadora.
Atrás había quedado
la mitad su ejército, caído en la Llanura de Rocapestosa frente a los mismos
demonios ancestrales que con sus heces crearon el mundo. Después perdió la otra
mitad en Bosque Feroz, en una inesperada y cruenta batalla contra las moscas
gigantes; ninguno de sus hombres retrocedió y la mayoría de ellos pereció. De
la treintena que sobrevivió, un terció no consiguió escalar las paredes de
cristal del barranco Gihelo y del resto cinco quedaron atrás, esperando a la
muerte, con las manos negras por congelación. Una docena se mató entre ellos en
Vallespanto, enloquecidos al beber del arroyo por donde corren las lágrimas de
la Diosa, que llora por todos nosotros.
Perdió a sus dos
mejores amigos frente a los tres gigantes que custodiaban la Puerta Prohibida.
El de Fuego calcinó a Weno, el de Agua ahogó a Sosox y el de Viento no sabía a
quién se enfrentaban. Malon, con su último aliento, dejó caer su ira contra los
gigantes y a golpes los enterró en la tierra. Por primera vez se abrió la
Puerta.
No fue la temible
visión de un ser supremo lo que encontró. Bajo la luz de un lucernario, una
cándida anciana frente a un bordador le esperaba. "¡Desafíame,
Diosa!", gritó con el aliento agitado. La vieja lo miró con desdeño y
dijo: "¿Otro pretendiente de la princesa caprichosa? Acércate, haz el
favor de enhebrarme el hilo en la aguja, que yo ya no me veo". Con el
cuerpo crispado por las batallas, Malon afrontó su desafío.
Y dicen los
ancianos que ya lleva más de mil años intentando enhebrar la aguja sin éxito.
Por eso cuando truena es Malon, que se queja tras otro intento fallido.
Seudónimo:
Melusine
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