viernes, 26 de julio de 2013

195. EL ÚLTIMO DESAFÍO DE MALON, CORAZÓN DE TRUENO de Melusine


Malon, Corazón de Trueno, Caudillo del bravo pueblo de Aguaencendida, Conquistador de Todas las Tierras bajo la Montaña de la Diosa, Domador de Cachalotes, Campeón de Campeones y aspirante al amor de la bella y deseada princesa Lala, la de ojos de zafiro, estaba dispuesto a enfrentarse a la última prueba para conseguir el amor de su amada.
            Recién llegado a la cumbre donde moraba la Diosa, con todas las magulladuras y cicatrices todavía tiernas, Malon esperaba el merecido encuentro con la Creadora.
Atrás había quedado la mitad su ejército, caído en la Llanura de Rocapestosa frente a los mismos demonios ancestrales que con sus heces crearon el mundo. Después perdió la otra mitad en Bosque Feroz, en una inesperada y cruenta batalla contra las moscas gigantes; ninguno de sus hombres retrocedió y la mayoría de ellos pereció. De la treintena que sobrevivió, un terció no consiguió escalar las paredes de cristal del barranco Gihelo y del resto cinco quedaron atrás, esperando a la muerte, con las manos negras por congelación. Una docena se mató entre ellos en Vallespanto, enloquecidos al beber del arroyo por donde corren las lágrimas de la Diosa, que llora por todos nosotros.
Perdió a sus dos mejores amigos frente a los tres gigantes que custodiaban la Puerta Prohibida. El de Fuego calcinó a Weno, el de Agua ahogó a Sosox y el de Viento no sabía a quién se enfrentaban. Malon, con su último aliento, dejó caer su ira contra los gigantes y a golpes los enterró en la tierra. Por primera vez se abrió la Puerta.
No fue la temible visión de un ser supremo lo que encontró. Bajo la luz de un lucernario, una cándida anciana frente a un bordador le esperaba. "¡Desafíame, Diosa!", gritó con el aliento agitado. La vieja lo miró con desdeño y dijo: "¿Otro pretendiente de la princesa caprichosa? Acércate, haz el favor de enhebrarme el hilo en la aguja, que yo ya no me veo". Con el cuerpo crispado por las batallas, Malon afrontó su desafío.
Y dicen los ancianos que ya lleva más de mil años intentando enhebrar la aguja sin éxito. Por eso cuando truena es Malon, que se queja tras otro intento fallido.


Seudónimo: Melusine

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