Golpee tres veces la aldaba y diga el
código secreto. La puerta se abrirá automáticamente y usted amabílísimo lector
será invitado a presenciar un acontecimiento que rompe la barrera entre mi
ficción y su realidad. La habitación es exactamente igual a como usted se la
imagina por lo que no tengo necesidad de hacer descripción alguna. Aquí no está
sólo, pronto entrará a su cuarto un hombre con una máscara horripilante, sí,
igualito como usted lo imagina. Le hará algunas preguntas a las que solo usted,
atento lector, puede responder con los más inconfesables deseos que lo han
acompañado desde su adolescencia. Sí, el hombre de la máscara ya lo sabe todo.
Se quita la máscara y tiene tú rostro, de cuando eras niño. ¿Quién es
ahora el terrible monstruo? Quieres pedirle perdón pero te das cuenta que no
existen palabras para hacerlo. Está ahora en el rincón, abrazando sus rodillas
y cuando tratas de acercarte a él para tranquilizarlo se orina del miedo. ¿En
qué te has convertido? para hacer llorar a tu niño de forma tan amarga.
Lo sé, lo sabemos ¡estás arrepentido! Puedes quedarte recapacitado aquí dentro
el tiempo que quieras, aún y cuando termines de leer este breve relato, un
pedazo tuyo se quedará atrapado para siempre en la habitación que imaginaste,
con el pequeño tú orinado en una esquina y lo que más te repugna de ti hoy
frente a él. ¿Cuál era el código secreto?
Seudónimo: AlejoIII
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