Más que una cubeta, parece una pecera en forma de
columna. Pero sé que es una cubeta con líquido amniótico mezclado con líquido
cefalorraquídeo. Dejan entrar el ATP de a poco en el agua oxigenada para que
pueda seguir con vida. Los nanorrobots habrán comido todas las células de mi
cuerpo que no sean neuronas, huesos o las células de los ojos, y estarán
convirtiendo mi esqueleto en la interfase cibernética. A esta altura del
proceso, ya estarán reconstruyendo mi nuevo cuerpo en la otra cubeta. Hicimos
esto varias veces, con ratones, conejos, lémures y chimpancés hasta dar con el
procedimiento apropiado. Si tenemos éxito, tendré una nueva vida, y seguramente
un ascenso por el impacto internacional. No todos están dispuestos a
experimentar con sí mismos, ni a convertirse en ciborgs. El ingeniero Xinotion,
el jefe del departamento, no estaba muy contento con mi decisión. Como siempre,
era demasiado cauto y tenía objeciones. Creo también que estaba celoso, y
disgustado porque mi equipo le demostró que el proyecto no era demasiado
arriesgado, como él afirmaba en las interminables reuniones.
No puedo enfocar mis ojos en nada por mucho tiempo. Me
mareo porque flotan y se mueven levemente. La columna donde flotan mi cerebro,
mi médula espinal, los ganglios y las neuronas del sistema nervioso entérico,
envueltos en la cobertura construida con los materiales del esqueleto, está
poco iluminada. Tampoco ayuda que todos los componentes rescatados estén
sostenidos por los nanotubos conectados a la columna que me obligan a mirar en
una sola dirección. Hay un movimiento, algo oculta la luz. Todo mi campo visual
se mueve. Eso pasa cuando alguien camina cerca de la cubeta. Son varios, están
mirándome. Quizás ya es hora de traspasarme a mi nuevo cuerpo. Reconozco a
alguien. Sonríe, creo. Oh, no, es el ingeniero Xinotion, y no mi asistente.
¿Qué hace aquí? Pone frente a mis ojos un lector flexible, con un texto muy
grande. Se han quedado quietos para que pueda leerlo. Alcanzo a descifrar las
palabras "falta de presupuesto". Sí, sonríe, con esa maldita sonrisa
triunfal.
Seudónimo: Feromónico
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